21.1.09

8b

–Bueno, bueno, bueno –dijo Ígor llegando– ¿qué pasó aquí? ¿jugaron Carnaval con los peroles o...?

Se detuvo en seco cuando vio a La Nena llorando aferrada a un montón de papeles desordenados que trataba de mantener juntos dentro de las tapas ya rotas de un cuaderno azul. La Nena no volteó a mirar a Ígor cuando lo tuvo enfrente, sólo negó con la cabeza una y otra vez. Ígor se sentó en el suelo con ella haciendo ademán de ayudarla a recoger los papeles desperdigados, pero el gesto se le disolvió en un movimiento vago y terminó pasándose la mano por la frente. Acababa de ver la magnitud del destrozo y a Luna cojeando por el pasillo. Detrás de él venía Guillermo sosteniéndose un brazo y los tres niñitos llorando asustados.

–Hermano, ¿qué pasó? –dijo Ígor levantándose a atender a Luna. Nadie lo había visto nunca tan serio.

–Nos asaltaron, nos robaron, nos golpearon, nos dispararon... –inició Luna una enumeración que parecía poder continuar por horas.

–Nos gritaron –dijo Glinda entre mocos.

–Nos patearon –dijo Martín sobándose un codo.

–Nos empujaron... –dijo Ninfa ahogándose en llanto.

–Pero ¿quiénes? –preguntó Ígor.

–Ellos, ellos –Luna estaba fuera de sí.

Ígor habló entonces con Guillermo que no había dejado de sostenerse un brazo que se hinchaba cada vez más.

–¿Los viste? ¿sabes quiénes son?

–No sé quiénes eran, estaban encapuchados, pero por lo que nos dijeron son gente de Paz –dijo Guillermo, notando la flagrante contradicción de la frase.

–¿Qué les dijeron?

–Que nos largáramos –dijo Glinda.

–Que nos esfumáramos –dijo Ninfa.

–Que nos desapareciéramos o ellos nos iban a desaparecer –dijo Martín.

De pronto Ígor se dio cuenta de que Olga no estaba y al preguntar por ella todos se miraron entre sí. Nadie respondió. Ígor casi corrió hasta su cubículo y al no verla adentro no supo qué pensar ni qué hacer.

–Ella se fue a buscar ayuda –murmuró finalmente Guillermo.

–¿Y qué van a hacer ahora? –Ígor sintió que debía rectificar la pregunta –¿qué vamos a hacer?

–Nada –dijeron todos al mismo tiempo y cada quien se dedicó a recoger lo que había quedado una vez más en pedazos.

No hay comentarios: