28.1.09

9b

⎯Hermano, esto se lo llevó quien lo trajo. No hay nada que hacer −dijo Guillermo al ver llegar a Luna.

La escena de destrucción era exactamente igual a la de la última vez. Pero quedaban ya tan pocas cosas que destruir, tan pocos papeles que aventar al aire, tan pocos libros que descuadernar, tan poca ropa que rasgar, que las escasez provocaba casi risa. Los cuadernos, carpetas y lápices de colores que La Nena había acumulado durante años ya habían sido destruidos y ahora los vándalos que asaltaron El Barrio sólo pudieron ensañarse con un íngrimo cuaderno de tapas marrones.

⎯¿Alguien me va a contar qué pasó esta vez? −dijo Luna resignado.

⎯Lo mismo de antes −dijo Guillermo.

⎯El mismo lío −dijo Ninfa.

⎯El mismo gentío −dijo Martín.

⎯El mismo río −dijo Glinda.

⎯...en el que nadie se baña dos veces −completó La Nena llegando.

⎯Tengo todo el día buscándote −casi le gritó Luna.

⎯No en los lugares correctos, supongo −dijo con tristeza La Nena.

Luna recogió la olla destartalada del rincón a donde la habían lanzado los maleantes que se habían ensañado una vez más con El Barrio y comenzó los preparativos para la comida. Nadie estaba con ánimo de acompañarlo.

⎯Ya lo decidí −dijo de pronto Luna.

⎯¿Qué? −preguntó La Nena.

⎯El segundo personaje no voy a ser yo. Va a ser Salgar.

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